viernes, 13 de diciembre de 2013

Discapacidad Ambiental


La discapacidad ambiental se refiere a la pérdida de la conexión que debería existir entre los seres humanos y la naturaleza, que nos hace insensibles al ambiente natural y sus necesidades. Es un gran problema porque normalmente no sabemos que tenemos esta condición o desconexión, lo que hace que actuemos sin pensar en las consecuencias ambientales de nuestros actos.

La convivencia e interacción con la naturaleza nos hace salir de nuestro micro mundo personal y relacionarnos con otros seres, lo cual reafirma nuestro lugar en el planeta, como una especie mas dentro de un gran ecosistema global, el perder éste vínculo nos hace egoístas y solo pensar en nuestro beneficio sin tomar en cuenta a las otras especies, efecto muy notorio, por ejemplo, al construir o levantar edificaciones sin importarnos los árboles existentes, la vegetación que se eliminará y a la fauna local que será desplazada o eliminada.

Un primer síntoma de esta afección se presenta desde la infancia donde los niños y niñas que no saben de donde vienen los productos, es decir la carne o el huevo vienen de los supermercados y seguramente crecen en los estantes, para posteriormente en la juventud transformarse en una actitud agresiva hacia la naturaleza, molestando a los animales, lesionando a los árboles, etc. Finalmente siendo adultos tiran la basura en la calle o en cualquier parte, desperdician el agua y la energía, entre otros síntomas.

No veo, no escucho, no cuido.

Esta discapacidad hace que se pierda o minimice el valor de los bienes y servicios ambientales, por ejemplo, en el mercado podemos comprar un kilo de jitomate por cierta cantidad, pero el valor de mercado es diferente del valor ambiental, en éste último se incorporan el tiempo de crecimiento de la planta de jitomate y el de maduración de cada fruto, el agua que se requirió para su crecimiento, el sol y las características climáticas que necesita esa especie en particular para su óptimo crecimiento, y el tiempo invertido en su cuidado, abono, poda, deshierbe, protección contra plagas, etc. Todo esto se olvida y la acción se convierte en el hecho instantáneo de comprar jitomates, como un producto mas y no como un bien ambiental.

De aquí que una de las curas de esta patología sea el contacto cercano con la naturaleza, por ejemplo cuidar una planta o un animal te hacen mas cercano a sus necesidades y nos sacan de nuestro universo antropocéntrico donde todo gira alrededor del ser humano para hacernos formar parte del mundo. Es muy recomendable como terapia de choque una vez cada dos o tres años realizar una actividad de concientización con la familia o amigos, por ejemplo participar en una jornada de reforestación, en la liberación de tortugas, limpieza de ríos, parques o bosques, todas estas actividades además de restablecer la conexión perdida en la persona fortalecen lazos con otros seres humanos evitando así la discriminación por ser “ecologista” o “hipie”, y genera patrones de conducta mas cuidadosos con el ambiente.

Finalmente habría que decir que el conocimiento de esta nueva discapacidad no la cura automáticamente, hay que ejercitar la voluntad para poder erradicarla, apoyarnos de familiares y amigos y favorecer la comunicación y la educación ambiental, solo de esta forma podremos salir del individualismo y crecer como especie dentro de un planeta megadiverso como es la Tierra.